sábado, 29 de marzo de 2008

De los tontunos

Hoy les toca el turno a estos graciosos personajillos. Intentaré no ser demasiado cruel. Los tunos, para los que no lo sepáis (cuatro guiris perdidos), son los pertenecientes a organizaciones musicales estudiantiles propias de la universidad (la tuna o tontuna). En sus orígenes fueron conocidos como "sopistas" porque se componían de estudiantes con problemas económicos que gracias a sus habilidades musicales conseguían subsistir y costearse lo estudios. "Sopistas" porque vivían de la "sopa boba". Hoy beben de la "sopa boba" y el único hambre que pasan es de féminas. Porque actualmente esta institución ha diluido este carácter altruista para convertirse en nido de gorrones, feos e inadaptados. La proporción de calvos tunos o tunos calvos es preocupante. Cabe preguntarse si esos instrumentos desfasados (bandurria, laúd, pandereta...) y su repertorio arcaico ocasionan alopecia o es que muchos tunos no son ya estudiantes sino padres de familia o incluso abuelos.

Pero lo verdaderamente intrigante es qué lleva a un tuno a convertirse en tal. ¿Es el amor por la vestimenta excéntrica?. ¿La erótica de las mayas?. ¿Las puntillas?. ¿Que no consiguen hacer ningún amigo en la facultad?. ¿Que les gusta travestirse en superhéroe (por la capa) afeminado?. Lo que está claro es que no el amor a la música. Si no formarían un grupo o elegirían canciones bonitas del folklore tradicional y no las cuatro tonterías que cantan siempre (Clavelitos, Fonseca...). Si algún tontuno nos puede sacar de la duda con esto de la vocación tontuna se lo agradeceríamos.

Esa pinta de afeminados es la que les obliga a cantar con voces engoladas. Si no fingieran tener voz de machotes el efecto sería aún más risible. Imagináoslos cantando con voz de falsete. Eso ya sería de charlotada. Dicha obligación de demostrar su virilidad tiene también como consecuencia la necesidad de parecer monos en celo. Rodean a las mujeres cual buitre leonado a cadáver maloliente y emiten sus graznidos para confundir a su presa.

Una vez más abogo por la desaparición de este vestigio del medievo. Si la inquisición, los gremios, las ordalías y demás chorradas medievales no han sobrevivido hasta nuestros días, por qué lo han hecho estas maneras y tradiciones bufonescas.

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