sábado, 28 de marzo de 2009

De los abordadores

Uno de los inconvenientes de vivir en la ciudad es que te ves abordado con una pasmosa facilidad. Cuando sales del metro te reparten unas hojitas de Magos africanos que lo curan todo, o de restaurantes y academias de idiomas, o el periódico gratuito. Si no coges el metro no pienses que estás a salvo. Paseando por el parque te pueden preguntar unos testigos de jehová o unos evangelistas si crees en dios. O saliendo de marcha te puede repartir flyers, por ejemplo un argentino, e invitarte a un chupito en el garito por el que aborda. También te pueden pedir dinero mendigos, jonkos y/o perroflautas. Si no sales de casa no pienses que estás a salvo. Recibirás llamadas de compañías telefónicas, bancos... ofreciéndote adsl más barato o mejor rendimiento para tu dinero. O mensajes al móvil ofreciéndote más mensajes. O spam ofreciéndote alargamientos de pene y viagra más barata. La vida moderna y el abordaje parecen caminar de la mano hacia el horizonte.

domingo, 22 de marzo de 2009

Del carné de conducir

El carnet de conducir es el documento que acredita la capacidad legal de conducir/manejar vehículos de motor. Y digo legal porque dicha supuesta capacidad que representa no es ni real, ni relacionada en modo alguno con la pericia al volante del que lo ostenta. Para su obtención hay que pasar por dos pruebas que ni las de Hércules: el examen teórico y el práctico.

El teórico consiste, teóricamente, en la formación exhaustiva del futuro conductor en temas de normas de tráfico, señales, mecánica del vehículo, seguridad vial, etc... Para juzgar sobre la certeza de dicho conocimiento se impone un examen tipo test en el que no puedes fallar más que tres o cuatro preguntas. Es un examen donde la lectura comprensiva y el análisis sintáctico que te enseñaron en el colegio cobran un sentido útil y práctico que jamás hubieras soñado en el instituto. Porque las preguntas se formulan de manera artera y enrevesada. Con encabezados de respuesta del tipo "Sí, excepcionalmente, y siempre...", "Sí, pero sólo...", "Sí, salvo prohibición expresa..." y otras trampas verbales. Además en muchas preguntas hay una foto a la que la pregunta no hace referencia. Sólo la ponen para confundir al examinado.

El práctico es un mundo. Es donde las autoescuelas y la DGT hacen el agosto (aunque en agosto no trabajen). Las autoescuelas obligan a los alumnos a tomar un número indeterminado de clases a unos precios siempre injustificables. Y si suspendes el práctico te obligan a dar más clases y a renovar matrícula. Las moneditas no dejan de sonar. Sobre todo teniendo en cuenta cómo es el examen práctico. Que, en mi opinión es como jugar al Euromillón. Dependiendo del humor del examinador puede durar unos pocos minutos o media hora. Puedes suspender no habiendo hecho ningún error perceptible al ojo humano. Ser guiado hacia multitud de trampas y obstáculos. Lo que nunca te ocurrirá en un examen práctico es que lo hagas mal y te aprueben. Porque parece que en vez de estar diseñados para juzgar sobre si el alumno sabe circular o no con seguridad, lo están para sacar dinero con los repetidos exámenes de los alumnos.

miércoles, 4 de marzo de 2009

De los viejóvenes

Viejóvenes, para mí, son esas personas que no asumen la edad que tienen. No digo que no esté muy bien sentirse joven, tener espíritu juvenil y mantenerse sano y en forma. Pero siempre dentro de la realidad de tu propio cuerpo. Porque con 40, 50 o 60 años no puedes seguir vistiendo como si tuvieras 15. Bueno, puedes, pero vas a hacer un poco el ridículo. Si te ven en la lejanía todavía puedes engañar a alguien, pero de cerca te van a ver el plumero. El máximo exponente de la vestimenta anacrónica es Ana Obregón. La señora de la derecha en la foto de arriba. Que no contenta con vestir como una adolescente se echa novios de 20 años, pensando quizá que van a hacer la media entre su edad y la de sus amantes. No, Ana, vas a seguir teniendo 50 palos por muy jóvenes que te los busques.

La no-asunción de su edad les confiere además una carencia total de sentido del ridículo. Que suele manifestarse en coletitas, tripas al aire, escotes imperdonables o prendas excesivamente cortas y/o ajustadas. También por la cantidad de horas en el gimnasio. Tener un "personal trainer" (como dicen los modernos) no implica menos años a tus espaldas. Y hacer ejercicio es muy saludable hasta cierto punto. Llega un momento en que los brazos y piernas firmes se tornan en amasijos de músculos y venas. Además las arrugas no desaparecen por mucho que te esfuerces. La musa de esta vigorexia rejuvenecedora es Madonna, que a sus casi 50 primaveras luce brazos y piernas dignos de Conan. (véase foto adjunta)
Otro sector viejoven busca el elixir de la eterna juventud en los quirófanos y la cirugía estética. Se estiran la piel cual tambores para que las arrugas desaparezcan. Se inyectan botox, silicona, metadona... Se ponen labios morcillosos y retocan narices, orejas y pómulos. De lo que no se dan cuenta es que en vez de parecer más jóvenes y bellos se convierten en seres grimosos y artificiales. Además tanto estiramiento e inyección les reduce la expresividad y el habla. A ver quien es capaz de hablar con unos filetes adheridos a los labios. Me río yo de las piedras de Demóstenes. El máximo exponente de esta tendencia es Michael Jackson, que de tanta operación ha desarrollado una suerte de lepra nasal. Pero la lista de famosos que buscan la juventud en el bisturí es inabarcable.

domingo, 1 de marzo de 2009

Del spot de Más Móvil


No entiendo como ciertas campañas originales y ocurrentes se censuran por "ofensivas" y esta mierda pinchada en un palo sigue en antena. Campañas como las de Bocatta, Xbox, Nissan, el niño que aceleraba de Volswagen etc... fueron retiradas porque herían la sensibilidad de asociaciones con exceso de remilgos y tiempo libre. Y sin embargo el homenaje al feismo que supone el anuncio de más móvil lo programan todos los días a la hora de la cena. Deberíamos constituir la asociación de estómagos afectados y exigir la retirada de esta campaña. Aunque yo no soy precisamente un ejemplo porque hice lo mismo que el del anuncio pero en medio de un cumpleaños.