Quiero hacer mención a este fenómeno que me parece cuando menos curioso. Hay veces que te bajas un archivo del emule (un disco...) y cuando vienen comprimidos (rar,zip...) y los vas a descomprimir... sorpresa... te piden una contraseña. Pruebas 1234, pruebas a no poner nada, no funciona, mierda!. Es entonces cuando te haces la pregunta. ¿Quién será el personaje que cuelga un disco... con el fin de piratearlo y luego le pone contraseña?. Me surge la duda de si es un arrepentimiento de última hora en plan lo pirateo pero no mucho o si es que lo cuelga sólo para sus amigos. Si es asi por qué no lo cuelga en una página de estas de descarga directa y le manda el vínculo a los amigos que es más rápido y menos estúpido. En fin, dudas existenciales que jamás serán resueltas.
Pero esto de las contraseñas merece un inciso porque yo no recuerdo ni he vivido una época con tanto amor por la contraseña como la actual. Tienes que aprenderte la contraseña de la tarjeta de crédito para no morir de inanición, de la otra tarjeta, del mail, del ordenador de casa, el de la oficina, de la red de trabajo (que además has de renovar periodicamente). El móvil también tiene Pin, Puck, Pan... En fin no pongo más ejemplos porque estoy hasta el mes que viene.
A lo largo de mis peripecias contraseñiles me he encontrado varias soluciones sugeridas e inventadas. Está la opción de poner la misma contraseña para todo y en caso de tener que renovarla añadir numeritos o letras. Esta opción tiene como contratiempo que si algún hacker o amigo maligno descubre la clave, en estos tiempos que corren, puede joderte la vida. Luego está la opción de tener todas las contraseñas apuntadas en un documento físico o informático. En cuyo caso lo más probable es que el ordenador se estropee o el hacker se haga con nuestro documento o bien que se nos pierda la hoja. Las dos altamente probables. Ninguna de las soluciones, como veis, es perfecta, asi que recomiendo que las mezcleis como mejor os dicte vuestro criterio.
Pero esto de las contraseñas merece un inciso porque yo no recuerdo ni he vivido una época con tanto amor por la contraseña como la actual. Tienes que aprenderte la contraseña de la tarjeta de crédito para no morir de inanición, de la otra tarjeta, del mail, del ordenador de casa, el de la oficina, de la red de trabajo (que además has de renovar periodicamente). El móvil también tiene Pin, Puck, Pan... En fin no pongo más ejemplos porque estoy hasta el mes que viene.
A lo largo de mis peripecias contraseñiles me he encontrado varias soluciones sugeridas e inventadas. Está la opción de poner la misma contraseña para todo y en caso de tener que renovarla añadir numeritos o letras. Esta opción tiene como contratiempo que si algún hacker o amigo maligno descubre la clave, en estos tiempos que corren, puede joderte la vida. Luego está la opción de tener todas las contraseñas apuntadas en un documento físico o informático. En cuyo caso lo más probable es que el ordenador se estropee o el hacker se haga con nuestro documento o bien que se nos pierda la hoja. Las dos altamente probables. Ninguna de las soluciones, como veis, es perfecta, asi que recomiendo que las mezcleis como mejor os dicte vuestro criterio.
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