De los porteros discotequeros

Despotrico hoy de estos "profesionales". También conocidos como gorilas. No sabemos si por su apariencia física o su coeficiente intelectual, o ambas. Su "trabajo" consiste en decidir quién entra o deja de entrar en un garito, discoteca o tugurio. Para dilucidarlo a veces siguen criterios de vestimenta (como con Dani Martín y sus dichosas zapatillas). Y otras veces es el puro azar el que determina su veredicto. No le has saludado con el debido respeto . Es que no tienes la mirada limpia... El caso es que el comportamiento de estos gorilas es, cuanto menos, peculiar.

Se mueven en manada, y están conectados a los demás miembros mediante los pinganillos. El pinganillo es una cosa que es como un walkie (pero chiquitín) insertado en la oreja. Les sirve para avisar al resto de los individuos de la presencia de presa e/o intruso. Se comunican, "Alpha a Charlie", "Delta a Eco". Y entonces se reúnen para, o bien separar a varios miembros enfrentados de otra especie, o para expulsarlos de su territorio. Esta expulsión puede ir acompañada de golpes y agresiones. Amparadas en su superioridad física e inferioridad intelectual.

Esto es lo que le pasó el otro día al pobre Álvaro Ussía. Que se topó con varios miembros de esta especie. Especialmente violentos e irracionales, y bajo el pretexto de la defensa de la hembra, le propinaron una paliza mortal de necesidad. La discoteca que emplea a estas acémilas, "El Balcón de Rosales", cuenta con licencia para café-teatro. Y eran las cinco y pico de la mañana. El local acumula innumerables denuncias por incumplimiento de normas de todo tipo...

Señores gob(e)urlantes: Dedíquense a regular y perseguir estas lagunas e infracciones legales. Y dejen de marear a las pobres perdices con G(ilis)20 y demás cortinas de humo.